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El manzanilla romana crece cerca del suelo, alcanzando una altura máxima de 30 cm. Se caracteriza por sus hojas gris-verdosas, flores que recuerdan a las margaritas y un aroma a manzana. Ha ganado el apodo de "médico de las plantas", ya que ejerce un efecto positivo en las plantas que crecen a su alrededor. Los antiguos romanos utilizaban el aceite de manzanilla romana para darse valor durante la guerra. Aunque la manzanilla romana se utiliza más comúnmente en tés, también se puede encontrar en cremas para la cara, tintes para el cabello, champús y perfumes. Las propiedades calmantes del aceite esencial de manzanilla romana son beneficiosas para la piel y el cuerpo.